MORE INFO

Moto de la marca Cofersa, de motor 200 y en papeles figura de 125cc.

Está en perfecto estado de restauración como se puede ver en las fotos. La moto es del año 1957.

Se puede ver sin compromiso.

Aquí dejo algo de historia de la marca Cofersa:

Construcciones Ferrusola,s.a., en San Andrés de Palomar, fabricaba motos de 125 y 199 cc. con motor Villiers.
Tuvo fábrica en Elfo nº 80, de Madrid.

En el caso de Cofersa, desde su primera unidad puesta a la venta en 1954, primaba la funcionalidad y la calidad de su construcción. Como no podía ser de otra forma, una motocicleta fabricada en España en aquellos años, si pretendía ofrecerse como fiable y duradera, recurría en el apartado mecánico al incombustible motor Villiers. Su fabricante, José Mercader, tenía la experiencia de haber fabricado con anterioridad unos motorcitos auxiliares para montar en las bicicletas; pero ya estábamos en 1953 y el mercado del momento y del futuro se vislumbraba en la motocicleta. Por ello ese mismo año se fundó la empresa Construcciones Ferrusola, S.A. De sus talleres situados en la calle Elfo, 80 de Madrid, en 1954 saldría la primera Cofersa, la motocicleta no destacaba mucho entre las que se fabricaban en nuestro país por aquellas fechas, pero tenía el marchamo de la calidad, ello se confirma en que la mayoría estuviesen operativas durante más de dos décadas, que se cotizasen mejor que otras marcas de su época en el mercado de segunda mano, y en que un modelo restaurado actualmente, ofrece una segunda vida a la motocicleta muy similar a cuando salió de fábrica. Aquella motocicleta de 125, como más tarde en 1957 el modelo JM que se anunciaba de 2 HP y que ya incorporaba la chapa estampada, equipaban el mencionado motor Hispano Villiers; en el último modelo con cambio de marchas de cuatro relaciones.

A pesar de que las características de las Cofersas eran claramente las propias de caballo percherón, dispuestas a rodar por todas partes y soportando todo tipo de carga, también participaron en “competición”, claro que en aquellos días, cualquiera que utilizase su motocicleta fuera de un uso práctico ya era un piloto. Como cabe suponer las Cofersa no participaron en carreras de velocidad, pero si en las tan en boga en su tiempo pruebas de regularidad. Las Cofersas tuvieron una buena acogida en el mercado, tanto es que de aquel poco menos que centenar de motocicletas que produjo el primer año de su fabricación con una reducida plantilla de empleados, a pesar de ser muy poco evolutiva en sus modelos, la demanda hizo que en poco tiempo, la empresa llegase a tener un centenar de operarios en nómina. Siguiendo la línea de otros fabricantes, el Sr. Mercader también se interesó en los microcoches, y quizá esta desviación de pan de hoy y hambre de mañana, fuese la causa de que los esfuerzos dedicados a ese proyecto mermasen la concepción de una motocicleta más actual y competitiva.