La Fórmula 1 actualmente es un poco aburrida, reconozcámoslo. Y lo digo siendo asiduo a la retransmisión de las carreras desde muchísimo antes de que llegara Fernando Alonso a la categoría (no he ido a los circuitos porque me parecen espectacularmente caras para lo que ofrecen). Ahora, los ingenieros de Fórmula 1 tienen muchas limitaciones, pero en los albores del Gran Circo no era así, había más libertad y se experimentaban muchas más cosas, ahora los coches son casi clónicos los unos a los otros.
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Caterham Seven 270
En las barras de los bares nunca se había escuchado a gente hablando sobre Fórmula 1, sobre las carreras, por suerte (y por desgracia) ahora se disputa conversaciones con el partido de fútbol del fin de semana y Adrian Newey fue uno de los más nombrados durante mucho tiempo, uno de los ingenieros y diseñadores más grandes que ha tenido la categoría. Pero antes, mucho antes de que Adrian llegara a la Fórmula 1, había tipos con ideas geniales que actualmente son casi religión, como el Gran Colin Chapman, fundador de Lotus Cars y creador de uno de los modelos más longevos del mercado, el Lotus Seven, que se vende hoy día como Caterham y cuyo diseño data de 1957 y aunque lógicamente, ha ido evolucionando, básicamente es el mismo coche a pesar de que muchos no se lo crean.
Aquel Lous Seven está considerado como la personificación de la filosofía Lotus, que se centraba en conseguir las mejores prestaciones y el mejor rendimiento dinámico a base de ligereza y simpleza. Una receta mágica que actualmente la emplean muchos deportivos, aunque otros tantos se dejan la simpleza por el camino y solo se centran en el bajo peso. No así su creación, Lotus Cars, que sigue ofreciendo productos con poca complicación técnica y una ligereza que pone en aprietos a muchos deportivos de campanillas cuando llegan las curvas.
Caterham Seven 360
Colin vendió en 1973 los derechos y todo el utillaje del Seven al que por entonces, era concesionario de la marca, Caterham Cars. Desde entonces, Caterham no ha dejado de fabricar el Seven, con ligerísimos cambios hasta nuestros días, cuando han presentado más miembros de la gama Caterham Seven; tres nuevos miembros para ser exactos: el Caterham Seven 270, el 360 y el 420. Son versiones intermedias, con 135, 185 y 210 CV respectivamente que aprovechan mecánicas de origen Ford.
Llevando al extremo la filosofía de un menor meso es mejor que un motor potente, se ofrece en opción carrocería de fibra de carbono, que rebaja todavía más el escaso peso que lucen las versión del Caterham Seven, aunque también se tiene en opción el chasis SV que aumenta el espacio del habitáculo y del maletero, a costa de subir la tara en 25 kilos.