¿Os imagináis 77 años con el mismo coche? Pues hay quien lo ha hecho, se llamaba Allan Swift y durante más de siete décadas solamente usó el mismo coche.
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Hace poco, en una conversación con amigos de esas en las que cambias el mundo, llegamos a la conclusión de que hay cosas que nunca habríamos conocido sin la existencia de Internet. Piénsalo detenidamente y verás como hay algo de razón. Y si no es así, dime como habrías conocido la historia que te voy a contar ahora.
Para ello tenemos que viajar hasta Estados Unidos, hasta la población de Springfield, conocida por estos lares por la serie de dibujos 'Los Simpson', situada en el condado de Massachusets. Allí vivía y estudiaba Allan Swift, cuya familia tenía un prospero negocio de metales preciosos. Tan prospero, que cuando Allan terminó la universidad allá por 1928, recibió como regalo un Rolls-Royce Piccadilly P1 Roasdter, un precioso roadster con un motor de 7,4 litros capaz de superar los 120 km/h. Un modelo que costaba por entonces 10.900 dolares. Para comparar un poco, el coche más popular entonces era el más que mítico Ford T, cuyo precio oscilaba entre los 800 y los 1.000 dolares. Ya nos hubiera gustado a muchos algo parecido...
Lo mejor de la historia es que desde ese momento, hasta el día de su muerte en 2005 con 102 años, Allan Swift solamente condujo su Rolls-Royce Piccadilly P1 Roadster durante 170.000 millas, algo más de 270.000 km. Se me antojan muy pocos kilómetros para tantos años de uso diario. En 1988 le realizó una buena revisión general, restaurando lo necesario y reconstruyendo el motor.
Una historia como ésta da casi para un película, como la que retrata la aventura de Burt Munro y su Indian en 'La Indian más rápida del Mundo' o 'Las 24 Horas de Le Mans' de los años 60. Recomendadas desde aquí sin ningún lugar a dudas.
Pensándolo detenidamente, esta historia será casi imposible de volver a repetir con un coche actual. El Rolls, aunque es un coche de super lujo, tiene una mecánica básica, sencilla, sin complicaciones; cualquiera podría dejarla como nueva con conocimientos, pero, cualquier coche moderno tan repleto de cables y sistemas electrónicos terminaría en la basura si tuviera un problema serio en alguno de los elementos electrónicos.
Allá, cuando se dio cuenta que ya no podría volver a conducir, entregó el coche y un millón de dolares para su conservación al 'Lyan & Merrie Wood Museum of Springfield History', donde aún puede verse en el mismo estado en el que lo dejo Allan.
Se cree que es la persona que más tiempo ha pasado con un coche comprado desde nuevo y la propia Rolls-Royce le otorgó un reconocimiento por su fidelidad, en forma de 'Espíritu del Éxtasis' de cristal.