Alfa Romeo Tipo B P3, uno de los bólidos más bellos de la historia
Publicado el 08/02/2017
El automóvil y la competición siempre han ido de la mano. Desde que se creó el primer automóvil, siempre se ha competido con ellos y este, el Alfa Romeo Tipo B P3, forma parte de esas primeras carreras siendo además, uno de los más bellos de la historia.
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¡Alfa Romeo! ¿Quien no los conoce? Una firma con historia, con solera o bien, auténticas chapuzas con ruedas y la desgracia de sus propietarios. La Anonima Lombarda Fabbrica Automobili (A.L.F.A.) despierta pasiones y desprecio a partes iguales, es uno de esos fabricantes que no deja indiferente a nadie pero cuya historia es digna de contarse, no en vano, son los primeros en ganar el Campeonato del Mundo de Fórmula 1 y son el primer paso de la Scuderia Ferrari, algo que ya de por sí tiene muchísimo peso. De hecho, hay una frase que muchos alfistas adoran y que otros tildan de estupidez, dicha por Manuel Luque.
‘Un Ferrari no es más que un Alfa cabreado’
Ferrari y Alfa Romeo tienen, se podría decir, una historia casi paralela y un punto culminante en esa historia como es la llegada de Wifredo Ricart a la Anónima Lombarda. Pero esto es otra parte que también es digna de contarse y a la que dedicaremos nuestra atención en otra ocasión, aunque sirva como adelanto lo siguiente: si Wifredo no hubiera llegado nunca a la Alfa Romeo, hoy Ferrari no existiría como tal. El ingeniero español fue detonante en la salida de Enzo de Alfa Romeo, hecho confesado por el propio ‘commendatore’. Pero como se ha dicho, esto es otra historia que algún día contaremos.
Retomando el hilo, Alfa Romeo es una firma con una historia apasionante, una historia donde fueron una marca mucho más respetada y temida de lo que es actualmente, con máquinas innovadoras, rápidas y potentes. Ya lo hemos comentado, fueron los primeros en ganar el Mundial de Fórmula 1, aunque aquella F1 era muy diferente a lo que hoy día recorre los circuitos de medio mundo en la cual, Giuseppe Farina ganó a los mandos del Alfa 158 con un motor 1.5 ‘Supercargado’ en 1950. Pero Alfa Romeo compite desde mucho antes, desde la década de los 20 con Nicola Romeo a la cabeza (si, el ‘Romeo’ que la marca luce en su denominación).
Esa época, con Nicola Romeo dirigiendo la marca es la que nos interesa, o al menos el final de dicha temporada. Es en la que nace la Scuderia Ferrari y nuestro protagonista, el Alfa Romeo Tipo B P3, considerado uno de los coches de competición más bellos de la historia. Y no, no hay ningún tipo de confusión en lo que acabamos de decir a pesar de los que muchos seguramente creen, la Scuderia Ferrari no se fundó en 1947, sino en 1929 con el objetivo de gestionar los Alfa Romeo de competición distinguiendo sus coches por el Scudetto tan mítico actualmente.
Ferrari comenzó como piloto de Alfa y luego pasó a director deportivo fundando la Scuderia Ferrari que realizó las funciones de departamento deportivo de la marca tras la Gran Depresión. Por eso, el Scudetto luce orgulloso en muchos coches de carreras de Alfa como el Tipo B, uno de los más exitosos de las competiciones de preguerra y que además, fue uno de los primeros bólidos monoplaza cuando lo normal era ver coches compitiendo con dos personas abordo, siendo uno de ellos el mecánico. Con esta nueva configuración se buscaba mejorar las prestaciones al tener, lógicamente, menos peso que mover y la posibilidad de fabricar coches con carrocerías más estrechas. Tanto, que los pedales se encuentran separados por el eje de la dirección (acelerador y freno a la derecha, embrague a la izquierda) y la caja de cambios entre las piernas del piloto, con el selector sacando el pomo por el lado izquierdo del volante.
El Alfa Romeo Tipo B se basaba en los Alfa 8C diseñados por Vittorio Jano y sustituía al Alfa Romeo P2 a partir de 1931, demostrando desde los primeros metros de carrera que era un vehículo veloz e infalible, tanto o más que su predecesor. Fue capaz de conquistar la prueba de su debut en Monza, más otras dos pruebas más en Alemania y Francia. Las victorias siguieron en 1932 y en 1933, pero en 1934 cambiaron las reglas (eso de los cambios continuos de la normativa no es ni mucho menos nuevo) y no permitían coches cuya anchura fuera menor a 850 mm y un peso máximo de 750 kilos. No obstante, Alfa había entrado en suspensión de pagos por la mencionada Gran Depresión y se prohibió todo tipo de gastos en competición por parte del gobierno, que se había hecho con el control de Alfa. Un hecho que sirvió para que Enzo pasará a ser el responsable de poner sobre la pista los nuevos Tipo B ganado la Coppa Acerbo y los GP de Italia y España.
Las Alfa Tipo B P3 tenían un nuevo motor, un 8 cilindros de 2,9 litros sobrealimentado por compresor de 200 CV que le permitió seguir ganado en Mónaco, Trípoli, Casa Blanca y la Targa Florio. Tras esto, la superioridad del Tipo B estaba comenzando a decaer pero aun así fue capaz de conseguir los tres primeros puestos en el GP de Francia con nombres como Adilla Varzi o Louis chiron a los mandos (si, el Chiron de Bugatti). Incluso pudo convencer al ‘Mantovano Volante’, Tazio Nuvolari, para que volviera a correr con Alfa Romeo recibiendo algunas modificaciones en las suspensiones incorporando un eje delantero independiente tipo Dubonnet y un eje trasero con ballestas elípticas de ¾ como las usadas por el propio Nuvolari en el Bugatti Type 59.
En 1935, Tazio ganó en Alemania y Pau, Carlo Pintacuda la Mille Miglia mientras que Chiron y Brivio ocupaban los primeros puestos de la Targa Florio engordando el palmarés de un coche casi imbatible.
Nuestro protagonista de las fotos es el chasis ‘50006’, el sexo ejemplar de sólo siete fabricados de la segunda serie a partir de 1934 y uno de los tres equipados con el eje delantero Dubonnet y las nuevas ballestas elípticas de ¾ . Corrió muchas campañas en 1935, pero como por entonces no se llevaba ningún tipo de registro es complicado determinar con certeza las pruebas exactas. Cosas de la época, ya se sabe. Si que se afirma con toda seguridad que es el coche con el que compitieron Nuvolari y Varzi. Por otro lado, se puede demostrar que Brivio compitió con la unidad en Brno en 1935 y se cree que Nuvolari lo llevó a la victoria en Nürburgring.
La historia del modelo sigue, habiendo cambiado de manos en infinidad de ocasiones (tiene más de 80 años) pero nos vamos a quedar con el precio que espera sacar RM Sotheby’s cuando lo subaste: entre 3,6 y 4,6 millones de euros. Y lo mejor de todo, no ha sufrido nunca ningún incidente. ¿Cuantos coches de carreras pueden decir eso?