Lo comentaba hace muy poco en otro lugar; el ser humano siente la necesidad casi enfermiza de ir cada vez más rápido, de romper todos los límites aunque esté su propia existencia en juego, de ser más que el de al lado. Pero el ser humano tiene un problema, no puede lograr sus objetivos ni sus sueños mediante la fuerza física, así que para poder llegar allí donde quiere usa la inteligencia y su habilidad para crear máquinas como nuestra protagonista, el FIAT-Abarth World Record Monoposto, que lleva escondido muchos años en el mismo garaje.
Diseñado por Pininfarina, ha estado muchos años escondido y ahora su propietario, le ha permitido disparar una serie de instantaneas en exclusiva al fotógrafo Piotr Degler pero, ¿que interés tiene este coche a parte de ser una unidad única en el mundo, de lucir orgulloso el logotipo de Abarth y de haber sido diseñado por una empresa como Pininfarina? Para conocer eso deberíamos ir hacia atrás en el tiempo y viajar hasta la decada de los 60 para asistir la 42ª edición del Salón del Automóvil de Turín, donde el carrocero italiano se presentó con una serie de creaciones influidas por un fuerte interés por la aerodinámica.
En dicha edición del Salón de Turín entre un buen número de prototipos, Pininfarina tuvo dos que realmente llamaron la atención. Por un lado estaba el Pninfarina X, una especie de berlina de cuatro plazas con las rueas colocadas en diamante y un coeficiente aerodinámico de 0,20 y nuestro protagonista, cuya historia empieza en 1957, cuando FIAT-Abarth encargó al carrocero la creación de dos modelos usando el túnel de viento del Politécnico de Turín, que habia estado usando Bertone durante unos experimentos en 1956.
El coche se diseñó, como se puede apreciar en las preciosas fotografías de Degler, con la única intención de batir récords de velocidad. Mide solamente 1,20 de alto, mientras que la anchura se queda en 1,55 metros y la longitud en 4,56 metros.
Debía ser bajo y estrecho para poder penetrar aire lo más eficientemente posible, de ahí sus pequeñas dimensiones. Además, en la década de los 60 usar motores a reacción para batir récords de velocidad no era lo más común, centrándose en otros récords. Valga como ejemplo que se consiguieron algunas cifras con mecánicas de poca cilindrada, los más importantes con un motor de cuatro cilindros y casi 1.000 centímetros cúbicos que rendía 105 CV a 8.000 rpm.
La lista de récords de esta joya del automóvil cuenta con nueve títulos, entre los que destacan los 10.000 km a una media de 191,03 km/h o las 72 horas a un promedio de 186,68 km/h. Sin olvidarnos de las 12 horas a una media de 203,65 km/h. Y son registros logrados con un motor de apenas 1.000 centímetros cúbicos y 105 CV...
Su propietario seguirá guardando el FIAT-Abarth World Record Monoposto en su garaje privado, donde se encuentra en un estado de concurso, sin restaurar, siendo totalmente original. Adhesivos incluidos.
