Los vehículos industriales también tienen sus clásicos, y si no que se lo digan a todos aquellos que trabajaron con las DKW en la década de los 50 y 60, o a todos aquellos que las vieron aparcadas en la calle.
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Si digo DKW, mucha gente tendrá casi al instante la imagen de una furgoneta ligera, de pequeño tamaño y un motorcillo de dos tiempos muy voluntarioso bajo su capó. A muy poca gente le vendrá a la cabeza el nombre 'Dampf Kraft Wagen' (coche propulsado por vapor) ni mucho menos, que era una empresa fundada en 1916 en Alemania que llegó a formar parte del gran grupo Auto Union. Es lógico, DKW hace mucho que desapareció, pero durante un tiempo, fueron dueños y señores del reparto urbano en España gracias a las furgonetas fabricadas en Vitoria por IMOSA (Industria del Motor S.A.), las únicas prácticamente has bien entrada la década de los 60.
La DKW F98L fue un furgón tan típico como el SEAT 600 por las carreteras españolas. Se la considera pionera por su diseño con un solo trazo (monovolumen) y tuvo muchas versiones como un minibus con hasta ocho plazas. En España se fabricó desde 1954 y contaba con un motorcillo bicilíndrico de 700 centímetros cúbicos, cerca de 25 CV y un curioso sistema de refrigeración líquida mediante termosifón. No era rápida, pero suficiente para repartir los 750 kg de carga útil que admitía. Además, dudo mucho que los repartidores de aquella época tuvieran la presión y la cantidad de bultos que llevan ahora.
Esta pequeña furgoneta de tracción delantera fue el primer modelo que fabricó Auto Union tras la Segunda Guerra Mundial en Ingolstad, donde hoy toman forma muchos de los modelos de Audi, que no es otra cosa que Auto Union. En Alemania se comenzó a fabricar en 1949 y hasta tuvo sus pinitos en Argentina entre 1960 y 1969, cuando IASfe (Industrias Automotriz de Santa Fe) la estuvo fabricando bajo licencia.
¡Hasta llegó a tener una tirada de 100 unidades con motor eléctrico! Rendía 7 CV y alcanzaba los 40 km/h con una autonomía de 80 km. Toda una adelantada a su tiempo.
Javi Martín