El Devuax Coupé es la reinterpretación del estilo de los deportivos de los años 30. Es una obra de arte. Es espectacular.
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Hubo una época en la que un coche era más que una simple herramienta para desplazarse de una lado a otro, era síntoma de estatus, de poder adquisitivo y además, era arte. Durante las décadas de los 20 y 30, los diseños de los automóviles no se guiaban por su aerodinámica, ni por su seguridad, ni por una seria eficiencia de costes como los actuales, sino que su única intención era entrar por los ojos, ser bonito, espectacular, una clara imagen que describiera a su propietario. Eso provocó que los fabricantes rara vez ofrecieran carrocerías propias, sino que vendían el bastidor completo (chasis, motor, transmisión, trenes rodantes...) y el cliente contrataba a un carrocero.
Evidentemente, los coches actuales, a pesar de ser tan asépticos en algunos casos, son infinitamente mejores que aquellas máquinas de los 20 y 30. Con motores más pequeños consiguen más del doble de potencia, prestaciones y consumos, además de pesar muchísimo menos y de ser un millón de veces más seguros. El problema ha venido con la masificación de las ventas, que nos ha llevado a la clonación continua entre modelos de un mismo fabricante y que potencia aún más, la exclusividad de coches como los Morgan, una mezcla perfecta de lo clásico y lo actual, o como Devaux, una empresa australiana que fabrica el Davaux Coupé y el Devaux Spider, dos joyas absolutamente espectaculares inspiradas en los 'Gran Tourer' de los años 30 y precisamente, nuestro protagonista en esta ocasión.
Devaux fue fundada por David Clash, un diseñador industrial afincado en Australia y admirador de los deportivos de finales de los años 30, principalmente del Bugatti 57SC Atlantic pero, ¿quien no es admirador del Bugatti Atlantic? Es una de las obra de ingeniería más admiradas y más influyentes en el sector del automóvil incluso hoy en día. Para muchos es 'El bugatti', por encima del Tipo 41 Royale. Pero que conste que el Devaux no pretende ser una replica de aquel, ni mucho menos, sino una interpretación moderna de aquellos diseños tan espectaculares.
Solo tienes que mirar un poco las fotos para darte cuenta de que no es un coche para personas tímidas, pues destacará exageradamente en el tráfico actual, sobre todo por sus guardabarros tan curvos y grandes, su lago capó y sus casi cinco metros de largo. El motor también pondrá de su parte para llamar la atención, pues bajo ese enorme capó se esconde un V8 Holden, que no es otra cosa que un motor de General Motors con 5,7 litros, 361 CV y 470 Nm de par. No se si habréis oído como suena un motor V8 yankee, pero es cualquier cosa menos discreto...
La espectacular estampa del Devaux se acompaña de un habitáculo a juego, típico de los años 30 a excepción del selector del cambio automático, pero cabe destacar el volante Moto-Lita, el salpicadero de madera de raíz trabajado a mano o los asientos tapizados con cuero de aviación entre otras cosas. Lujo clásico para rodar a velocidades de infarto, porque el Devaux Coupé se pone como si nada en 280 km/h de velocidad punta.
El coche es, sencillamente, un espectáculo rodante, una obra de arte como las creadas en los años 20 y 30. Es impactante, incluso excéntrico. Es un coche fuera de lo normal que sin embrago, no destaca tanto con la carrocería descapotable como con la coupé.
Javi Martín