Porsche cuida de su historia y por ello, fabricará salpicaderos para los 911 clásicos construidos entre 1965 y 1975.
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El mundo del clásico es muy bonito, emocionante y adictivo. Para muchos es lo mejor que ofrece el automóvil y para otros, es mera curiosidad y prefieren estar más pendientes de lo modero y lo nuevo. no sería la primera vez que escucho que un coche es una mierda comparado con el nuevo, una comparación a todas luces equivocada.
Pero dejando estas cosas de lado, el mundo del vehículo clásico es un mundo de historia, donde se puede apreciar la evolución de los diferentes modelos y marcas pero cuenta con un inconveniente para mucha gente: lo complicado que resulta en ocasiones encontrar repuestos. Hay que tener en cuenta que para que un coche se considere clásico han de pasar, anteriormente, 25 años y actualmente, 30 años. Es un periodo más que suficiente para que todo el arsenal de repuestos se haya agotado por completo.
No obstante, en los tiempos que vivimos, los fabricantes se han dado cuenta que el sector del clásico no solo les da imagen e historia, sino que además también da dinero, mucho dinero. Es un mercado que los fabricantes tienen casi sin explotar, aunque hay quien ya se ha fijado y lo tiene todo 'por la mano', como Volkswagen, que tiene un completo catalogo de accesorios y piezas para sus coches viejos o ya en otro nivel, marcas como Ferrari, que tiene su división de clásicos que están siempre pendientes de estos modelos.
Porsche también tiene su división 'Porsche Classic', donde se encargan de los modelos de antaño, todos aquellos que le han dado nombre a la marca y la han colocado donde está actualmente. Por cierto, se dice que dos tercios de esos coches fabricados desde la fundación de la firma alemana, sigue rodando por el mundo, lo que demuestra la fiabilidad de los estos deportivos alemanes.
Pues bien, resulta que ahora Porsche Classic ofrece salpicaderos de nueva fabricación para los 911 fabricados entre 1964 y 1975. Están fabricados con materiales y métodos modernos garantizando calidad y durabilidad, pero a simple vista tienen el mismo aspecto que cualquier salpicadero fabricado en aquellas décadas. No es barato, son casi 1.000 euros (967,99 € en Alemania) y además su montaje es complicado porque hay que retirar el parabrisas frontal.
Al menos, uno de los mayores problemas de un clásico que es encontrar repuestos, en este caso está cubierto. Además, siempre es bueno saber que podemos conseguir un nuevo salpicadero pues se trata de una de las partes del coche que sufre el paso del tiempo y los fabricados en los 60 y 70 no destacan precisamente por su calidad.