En las subastas, y sobre todo gracias a Internet, podemos encontrar coches lujosos, coches exclusivos o auténticas leyendas, como nuestro protagonista, el Ferrari 290 MM con el que Juan Manuel Fangio compitió en la Mille Miglia de 1956.
El mundo de la competición ya no es lo que era. Sigue siendo lo máximo dentro del mundo del motor, evidentemente, pero la pasión o el romanticismo que se despertaba antes desapareció hace muchos años. Creo que ese es uno de los motivos por el cual los coches de competición actuales, aún siendo un espectáculo visual y prestacional, resultan más 'asépticos', menos pasionales. Puedes que no estéis de acuerdo conmigo, pero no me podéis negar que los coches de competición de décadas pasadas tienen otro aura, despiertan más sensaciones que los actuales.
La evolución ha sido la culpable de que ahora, los coches de competición sean máquinas de laboratorio pensadas únicamente con un fin y cuya estética está supeditada por el rendimiento y los resultados en pista. Es entendible, es mucho el dinero invertido y la estética es lo que menos importa cuando se trata de ganar una carrera y todo lo que ello conlleva. Con esto no quiero decir que no me gusten, todo lo contrario, yo realmente soy de máquinas y no de pilotos. No tengo piloto favorito pero si marca y coche favoritos, por eso cuando aparece algo como lo de hoy, se me ponen los pelos de punta.
Pero se me ponen los pelos de punta por lo que es y no por quien lo pilotó, aunque no seré yo quien diga que Juan Manuel Fangio era mal piloto, loco no estoy ni tonto tampoco. En aquellos años el piloto era más importante que actualmente y si eras realmente bueno se notaba. Pero los coches de la década de los 50 y también de los 60 tenían un encanto especial. Creo que ya lo he comentado en alguna ocasión, me parecen la cumbre del diseño del automóvil, coches con alma si se me permite la expresión. Y desde luego, el Ferrari 290 MM tiene alma.
Del Ferrari 290 MM se construyeron únicamente cuatro ejemplares y el de las imágenes, se hizo en exclusiva para Fangio, con una decoración especifica y pensado para que el piloto argentino compitiera en las famosas Mille Miglia. Pero Juan Manuel Fangio no fue el único que pilotó esta unidad, por si fuera poco importante la figura del argentino, hay que sumar que Portago también se puso a los mandos en alguna ocasión y también Von Trips. Nombres que ya por si solos, sumar valor a la unidad. Fangio compitió en la Mille Miglia de 1956 terminando en cuarta posición y posteriormente, ganando el los 1.000 km de Buenos Aires, mientras que Alfonso de Portago participó en los 1.000 km de Nürburgring y en el Rouen Grand Prix también en 1956. Von Trips por su parte, y también en 1956, corrió la Sveriges Sport Car GP.
Las cuatro unidades fueron carrozadas por Scaglieti y montaban un motor de doce cilindros con 3.500 centímetros cúbicos capaz de rendir 320 CV a 7.200 rpm y de lanzarle hasta los 280 km/h. Es una joya de la automoción que RM Sotheby's subastará en diciembre con motivo del evento 'Driven by Disruption', donde también estará el Porsche 356 de Janis Joplin y el precioso Pegaso Z-102 del conde de Caralt, aunque barrerá a ambos en cuanto a precio pues se espera que bata todos los récords y supere los 20 millones de dolares.
Javi Martín
